Me reencarné en una novela… Eh, disculpe, ¿¡qué!? ¿Qué se supone que haga si me metieron en la historia diez años antes del inicio original? Lugar: una prisión. El problema: esto es peor que la jungla. Así fui rodando y sobreviviendo… y diez años después… Me convertí en la jefa de la cárcel. “¡Ey, Mint! Ya cálmate un poco, ¿quieres?” “No entiendo de qué me habla, señor~.” Me volví una líder chulesca y algo loca. Pero no me importa. Es el privilegio de una veterana. “En los papeles, te daremos por muerta. Pero a cambio, tendrás que hacerme un favor.” “No entiendo de qué favor me habla, señor~.” Entonces apareció una oportunidad, como caída del cielo. “Si me ayudas, te dejaré salir.” “¿Qué desea que haga, mi señor?” “……” El jefe de la prisión le dio una misión a mí, la loca oficial del lugar: “Quiero que conviertas al nuevo recluso que va a entrar en el nuevo jefe de esta cárcel.” Dicen que es una prisión… pero esto es tierra de nadie. Si logro hacer que ese tipo llegue a la cima, ¡por fin saldré libre! “Pero el problema… es que tendrás que infiltrarte en una prisión para hombres.” “¿Eh? Pero… ¿cómo voy a entrar si no tengo lo que se necesita?” “¡Un disfraz, claro! ¡Un disfraz!” Pero, ¡ay caramba! ¿Quién iba a imaginar que ese nuevo novato… ¡era el protagonista masculino de la historia original!